Título: La ciudad de los campesinos. Villas nuevas, pequeñas villas, villas mercado / Nekazarien hiria. Hiribildu Herriak, hiribildu txikiak, merkatu-hiribilduak. Actas de la XLVI Semana Internacional de Estudios Medievales, Estella-Lizarra, 16-19 de julio de 2019
Autores: Benoît Cursente y otros
Editorial: Gobierno de Navarra Páginas: 440
Precio: Disponible en pdf, en http://www.siem-estella.es
Recuerdo que cuando al terminar la Semana de 2018 oí enunciar -como viene siendo una buena y tradicional costumbre- el título de la Semana de 2019, sentí una cierta perplejidad. ¿Ciudad de los campesinos? ¿No son éstos definitorios de la aldea? A este misma pregunta se vio obligado a responder Benoît Cursante, catedrático jubilado de la Universidad Jean Jaurés de Toulouse, a la hora de presentar el contexto científico general de la Semana, bajo el título “Las ciudades de los campesinos en la Edad Media”: “Como historiador hijo de campesino, no hay duda de que me gusta un título así, en forma de oxímoron”. La Real Academia Española (RAE) lo define así: “Combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido”. ¿En qué se plasma el amplio fenómeno de creación de pequeñas poblaciones urbanas que tiene lugar en los diferentes territorios de Europa en la Edad Media? En tres grandes tipologías que dan lugar al subtítulo de la Semana: villas nuevas, pequeñas villas y villas mercado. Once ponencias y seis comunicaciones estudian el fenómeno aplicado a reinos y regiones europeas de variado signo: Corona de Castilla, Italia centroseptentrional, Cataluña Vieja, Francia meridional, Europa central, periferia castellanoleonesa, Portugal, Aragón y Valencia, y Navarra. De todos ellos, me detendré brevemente en una ponencia y una comunicación, que estudian sendos aspectos referidos a Navarra. La ponencia de Eloísa Ramírez Vaquero, catedrática de Historia Medieval de la UPNA, presenta un título casi detectivesco: “De buenas villas… y villas no tan buenas. La urbanización de Navarra en la Edad Media”. Una vez más, la capacidad de análisis y el rigor conceptual de la autora quedan sobradamente acreditados. Y también su habilidad para la síntesis. Los reyes de Navarra ofrecieron respuestas distintas a las necesidades planteadas por el crecimiento demográfico y territorial entre los siglos XI al XIII: la concesión de fueros de francos -los más conocidos y mejor estudiados-, los fueros de frontera y las poblaciones de condición mixta, con perfiles igualmente cuasiurbanos. De ahí que la red urbana navarra, pese a la pequeñez del territorio, presente un diseño más rico y complejo, en los que la demografía va acompañada de otros elementos de interés: económicos, de articulación social y del espacio circundante, y de mercado, entre otros. Un paso más en el clásico diseño perfilado hace ya muchos años por los maestros Lacarra y Martín Duque. La comunicación de Miguel Ángel Arrondo, doctorando en la Universidad de Navarra, estudia “La estructura comendaticia de la orden sanjuanista y la red urbana de Navarra (1435-1487). El autor analiza dicha red, señala las zonas donde se concentraban las encomiendas, su relación con las buenas villas del reino, de qué manera el modelo de explotación de las propiedades sanjuanistas estaba condicionado por las actividades de los núcleos urbanos próximos y las relaciones entre los miembros del priorato y los habitantes y concejos de las villas. La suspensión de la Semana de 2020 impedirá publicar actas el año próximo. Animo a administración foral y comité científico a plantear una alternativa a las actas convencionales. La historia de Navarra, la propia Semana y algunas de las figuras más relevantes en sus casi cincuenta años de vida, bien lo merecerían.
Diario de Navarra, 4/8/2020