El sexo como pecado y delito

Título: Transgresión sexual y pecado contra natura en Navarra (siglos XVI-XIX)                                                                                                                           Autor: Javier Ruiz Astiz                                                                                   Editorial: Gobierno de Navarra.                                                                Páginas: 297 Precio: 15 euros                                                                                En el mundo en que vivimos, si de España y Navarra hablamos, la libertad sexual es un derecho no solo reconocido, sino que goza de amplio predicamento y exposición en muchos medios de comunicación social. Y es que en esto, como en otros muchos órdenes de la vida, el cambio experimentado en Navarra ha sido drástico. Fruto de una larga tradición judeo-cristiana, el sexo ha sido en nuestra cultura un tema tabú, solo permitido si era tendente a la procreación. Si no era así, el acto sexual era considerado contra natura, que el tomismo clasificó en cuatro categorías básicas: masturbación, bestialismo, sodomía y formas impropias de penetración sexual.                                                                                                   La historia de los comportamientos sexuales de los navarros es todavía una incógnita. Aunque Félix Segura Urra dedicó un pequeño capítulo en su libro Fazer Justicia a los delitos sexuales, apenas tenemos estudios sobre el particular, pese a que hay una importante documentación, como la contenida en el Archivo Diocesano de Pamplona, que conserva en sus casi infinitos pliegues buena parte de la historia íntima de la sociedad navarra del Antiguo Régimen. Tal vez el más significativo sea el libro Comportamientos matrimoniales en Navarra (siglos XVI-XVII), obra de María del Juncal Campo Guinea. El libro que hoy les presento Transgresión sexual y pecado contra natura en Navarra (siglos XVI-XIX), supone un salto cualitativo indudable, con todas las limitaciones que el estudio tiene. El autor, Javier Ruiz Astiz, es un investigador polivalente que se mueve con soltura en dos grandes ámbitos: la historia social y cultural en la Navarra de la Edad Moderna, donde aborda el análisis de los comportamientos violentos, nocivos y pecaminosos, y la historia del libro y el patrimonio bibliográfico. Fruto del trabajo en el primero de los ámbitos es también el titulado Violencia y conflictividad comunitaria en la Navarra de la Edad Moderna, editado, como el presente, por el Gobierno de Navarra. Tal como había sucedido en la Edad Media, durante el Antiguo Régimen el pecado contra natura, especialmente la sodomía y el bestialismo, siguió siendo uno de los delitos más nefandos. El autor los estudia rastreando la documentación emanada de los procesos judiciales que se dirimieron ante los Tribunales Reales, conservada en la actualidad en el Archivo Real y General de Navarra.                                                                                         Conviene subrayar algunas de las conclusiones aportadas: estas prácticas sexuales fueron denunciadas, reprimidas, perseguidas y criminalizadas por las autoridades religiosas y civiles, y conllevaban normalmente condena a la pena capital del reo, confiscación de sus bienes e infamia para sus familiares. El deseo manifiesto de extirpar dichas actividades se plasmaba en la publicidad de los castigos: muerte en la hoguera, paseos por las calles arrastrados por bestias o azotes públicos. No obstante, a partir del siglo XVII, los jueces tienden a sustituir la pena de muerte por el destierro o las galeras, expulsándolos de la comunidad. La sodomía parece tener mayor presencia en los núcleos urbanos y en ambientes de marginalidad social, mientras que el bestialismo aparece más en ambientes rurales.                    El mayor pero a esta interesante investigación es la limitación de las fuentes documentales. ¿Cabe extraer conclusiones generales y válidas con 63 pleitos estudiados, 25 relativos a prácticas sodomíticas y 38 relacionados con el bestialismo, para un periodo que supera los 300 años? Parece arriesgado, pero esto es lo que hay. Sin duda, futuras investigaciones en la abundante documentación disponible nos permitirán ratificar estas conclusiones o matizarlas, como el propio autor prudentemente señala.   En todo caso, no podemos dejar de subrayar la novedad y el rigor de la investigación, ejemplo de lo mucho y bueno que nuestros archivos nos depararán en el futuro para conocer mejor la intrahistoria de la vida ordinaria de los navarros.                                                                                                                  Diario de Navarra, 7/9/2020

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