“Mirad el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo. Venid a adorarlo”
Este triste y lluvioso 22 de abril celebra la iglesia la festividad del Viernes Santo. Y, como ayer, la celebración consta de varias partes: la liturgia de la Palabra, la oración universal, la adoración de la Cruz y la comunión. Tras la celebración, si el tiempo lo permite, Navarra y España entera iniciarán los desfiles de la procesión del Santo Entierro, la más conocida y populosa de cuantas se celebran a lo largo de la semana.
“Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado “de la Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio Jesús (…)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
– Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego, dijo al discípulo:
– Ahí tienes a tu madre.
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
– Tengo sed.
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
– Está cumplido.
E inclinando la cabeza, entregó el espíritu”.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan, 19, 17-30.